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Por el derecho a equivocarse

Actualizado: 30 dic 2020

Ya lo dijo Maturana, el derecho a equivocarse debería ser un derecho humano.


Hay una gran oportunidad de aprendizaje en el error. Cuando nos equivocamos en nuestro cerebro se activa un circuito neuronal específico. Al hacer cosas nuevas se activan dos redes neuronales una "que incorpora las nuevas habilidades y otra que procesa las equivocaciones, descartando los errores. Este última equivaldría a un coach, que va criticando el aprendizaje, detecta nuestros fallos, entre lo deseado y lo que realmente sucede, y los memoriza para utilizarlos en un futuro. Curiosamente, este último circuito, el de los errores, es el que nos permite aprender más rápido" (El Pais, extraído en enero 2019 en https://elpais.com/elpais/2018/10/01/laboratorio_de_felicidad/1538408312_021408.htmlla)


Pero esto no sucede de la misma manera si nuestro cerebro se ha desarrollado con un estilo fijo, es decir tiende a evitar el error y permanecer en la zona de comodidad. En este caso al actividad neuronal en el aprendizaje es menor (Janson et al.).


Cuando somos niños y niñas pequeños todo el aprendizaje sucede en la experiencia, pero ¿cómo reaccionan los adultos ante el error infantil?. Pensémoslo desde la construcción del apego seguro. Sabemos que este se logra cuando el niñ@ explora situaciones nuevas y se estresa en esa exploración, entonces busca a un adulto que lo ayude a comprenderla y lo haga sentir segur@ nuevamente, para así volver a la exploración, eso se llama círculo de seguridad.


Durante la exploración los errores gatillan emociones de miedo, frustración, rabia o tristeza, ¿y entonces cómo podemos valorar el error en esa exploración fallida si el niño lo está pasando mal?, bueno, primero hay que recordar el valor del error en el aprendizaje y luego ayudarlo a reconocer y validar sus sentimientos para terminar dándole una explicación saludable a lo que experimentó, frases como: "está bien equivocarse, yo también me he equivocado. Ahora podrás hacerlo mejor" , "tranquil@, no salió tan bien, a todos nos pasa, vuelve a intentarlo", "ahora que te equivocaste has aprendio algo nuevo", ayudan a darle valor al error permitiendo que ambos circuitos neuronales funcionen correctamente, lo que facilita el desarollo de un cerebro abierto y flexible, dejando a un lado la idea de que equivocarse es negativo y genera culpa.


Yo que soy adulta siento que cuando aprendo algo, sobretodo en el ámbito de la academia, mi cabeza se enciende, es como si muchas luces fueran iluminando mi mente y comienzo a hacer nuevas conexiones entre ideas y conocimiento anteriores, me siento feliz. Entonces trato de imaginar cuan divertido y sorprendente debe ser para un niño o niña, cuyo cerebro está en una etapa de explosión del desarrollo, y que todos los días experimenten un nuevo aprendizaje, descubrir de que se trata todo, sin miedo a equivocarse.


Fuente : https://cpl.psy.msu.edu/wp-content/uploads/2011/12/Moser_Schroder_Moran_et-al_Mind-your-errors-2011.pdf

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